Yamadori en especies de difícil arraigo

Yamadori en especies de difícil arraigo

by Antoni Payeras

Yamadori en especies de difícil arraigo

Es la explicación de “mi” sistema, y lo vengo usando desde hace más de veinte años con especies de difícil arraigo, o con ejemplares excepcionales que a pesar de su facilidad para arraigar no me arriesgo a perder.
Lo primero es decir que no creo en el efecto de las micorrizas a la hora de enraizar (de hecho, tampoco después). He visto algunas pruebas de laboratorio con ellas, y nada me demuestra sus beneficios en bonsai, y menos en yamadori. Debemos tener en cuenta que sometemos al árbol a un shock, y cualquier infección, sea cual sea el tipo de hongo infectante, solo añade más estrés a la planta.
Yo siempre utilizo productos desinfectantes (fungicidas) cuando trabajo con raíces (transplante o recolección), para prevenir las infecciones más peligrosas de Phytophthora o Phytium, los productos que uso habitualmente eliminarán también las endomicorrizas, sin que ello sea problema alguno.
He sido viverista muchos años, y lo básico a la hora de reproducir plantas (esquejes, injertos, micropopagación por miristemos, etc.) es la higiene.
Debemos considerar al árbol al que le manipulamos las raíces como a un paciente de quirófano, ya que está en situación de grave estrés, lo que le hace más propenso a padecer infecciones.
La única ayuda de origen biológico que considero interesante, proviene de una bacteria que vive en grandes cantidades en el musgo esfagno (y en toda la tierra de superficie), la Agrobacterium rizogenes, que causa una infección tipo tumoral en las heridas de las raíces, provocando la inmediata aparición de capilares útiles. Esta infección es relativa, ya que desaparece al cicatrizar la herida. Esta bacteria se está cultivando aislada para su uso en la propagación “in vitro” de especies de difícil arraigo.
Otra ayuda es el uso de hormonas de enraizamiento como promotores de raíz nueva y de Vitamina B1, como estimulante de las raíces activas (como fuente de Vit.B1 utilizo un producto elaborado a base de aminoácidos, extracto de algas, Vit.B1 y hormonas denominado RizoVit.

De todos modos, algunos de estos productos nos ayudarán a superar el estrés de la recuperación o del transplante, pero lo que es realmente importante es disponer de un buen cepellón lleno de raíces finas que nos garantizará el éxito.

Elementos a utilizar:

  • Musgo esfagno
  • Gránulos absorbentes de agua
  • Herramientas para cavar
  • Una navaja muy afilada (cutter o similar)
  • Hormonas de enraizamiento
  • Desinfectante de suelo tipo “Captan” ,”Previcur”, o “Tachigaren”
  • Plástico negro (bolsa de basura)

Pasos:

1) Primero cortar todas las ramas innecesarias, haciendo previamente esto, el árbol sufrirá menos al recuperarlo.
Proteger los cortes con pasta cicatrizante. No cortar las ramas a ras, dejemos un pequeño tocón que ya será refinado más tarde cuando el árbol esté plenamente establecido en nuestra casa

2/3) Eliminar todos los restos de ramas y hojarasca de alrededor del árbol, excavar la tierra de la superficie hasta que aparezcan las raíces principales (nebari)

4) Comencemos a cavar una zanja alrededor del árbol, no demasiado lejos del tronco, y cortamos las raíces que vamos encontrando (este paso puede ser llevado a cabo en dos veces, un año la mitad, y el siguiente el resto).

5) Procurar dejar los cortes en las raíces muy limpios, nunca dejar raíces dañadas. Una vez hecho, podemos aplicar hormonas enraizantes a los cortes.
Cubrir la parte exterior de la zanja con el plástico, pero sin tocar las raíces.

6) Rellenar el espacio entre el plástico y las raíces con una mezcla de esfagno y gránulos absorbentes de agua ya rehidratados (es conveniente dejar los gránulos en agua algunas horas hasta alcanzar su máxima capacidad de absorción). A esta mezcla le añadiremos el desinfectante de suelos (Captan o Tachigaren) y la Vit. B1

7) Doblar el plástico sobrante hacia el tronco de modo que la mezcla de esfagno quede cubierta por el mismo.
Cubrir todo con la tierra excavada, y dejarlo hasta que se vean las nuevas raíces creciendo en el esfagno. Es importante cubrir el plástico para evitar que sea visible y algunos animales lo perforen para llegar a su interior (del mimo modo que lo hacen ratas y algunas aves como cuervos, grajos y gaviotas)

8.) Algunos árboles precisan de tan solo tres meses, pero otros necesitan más de un año. Lo normal es preparar los árboles de un año para otro.

Si alguna raíz es demasiado gruesa, podéis estrangularla con un alambre (nunca de cobre por su toxicidad en la raíz, preferiblemente de hierro ya que el aluminio es demasiado blando) hasta que penetre en el cambium. Esto hace que la raíz transvase la circulación de agua y nutrientes a las más cercanas, perdiendo su importancia.
Normalmente, en especies difíciles, los cortes en la raíz no producen raicillas, lo que sucede es que las ya existentes en la zona que hemos trabajado, comienzan a crecer rápidamente, hasta que son capaces de dar soporte al árbol.

Normalmente la muerte, o el no enraizamiento, del yamadori se produce por un fenómeno llamado “cavitación”, causado por microscópicas burbujas de aire dentro de los vasos por donde circula el agua. Cuando esto ocurre en un árbol en buen estado, la circulación de los vasos bloqueados pasa a los circundantes, pero en una planta en situación de estrés, queda paralizado el aporte de agua y nutrientes de forma irreversible. Al no llegar agua suficiente, los estomas se cierran, haciendo entonces que toda la planta quede bloqueada.
Para minimizar este riesgo, conviene siempre trabajar las raíces en húmedo, ya sea con un pequeño pulverizador en el caso de coníferas, como dejando los troncos en remojo unas horas en el caso de caducifolios y especies a las que se tala prácticamente toda la raíz (acebuches, alcornoques, etc)
Incluyo dos fotografías de una sabina de más de trescientos años de edad recuperada utilizando este sistema, en la primera se puede ver el ejemplar en el campo, en la segunda dos años más tarde, ya plantado en una maceta de plástico en el momento en que empecé a trabajar la madera. El árbol en ningún momento acusó el transplante y siguió creciendo desde el primer día.

No hay productos mágicos, lo único mágico es nuestro trabajo.

En la sección de «Artículos» se explica el sistema de enraizamiento en bolsa para los “ullastres” y especies parecidas.
En él también se explican los cuidados de los yamadori recién trasplantados, y su tratamiento posterior hasta el total arraigo. Algunos de estos tratamientos son comunes para todas los yamadori, sea cual sea el sistema utilizado.

Saludos,

Antoni Payeras