Diseño de un Juniperus turbinata

Diseño de un Juniperus turbinata

Diseño de un bonsái de Juniperus phoenicea var. turbinata (Juniperus turbinata)

Artículo publicado en Bonsái Actual nº   por Antoni Payeras

En este artículo se muestra el trabajo a lo largo de los años con una sabina marítima o menorquina (Juniperus phoenicea subsp. thurbinata).
El árbol fue recuperado el año 1995, crecía en roca y para extraerlo fue necesario picar hasta disponer de raíces suficientes que garantizaran su supervivencia. Después de plantarlo en maceta, estuvo en un invernadero equipado con “Mist-System” hasta que brotó.

 

Primer Modelado

Dos años más tarde, después de dejarlo crecer libremente para que tomase vigor, lo modelé dándole su primera forma. El problema habitual en los Yamadori de esta especie es que las ramas parten del mismo punto, lo que siempre complica el diseño.
Al año siguiente, lo planté en una maceta redonda, más ancha de lo que debería ya que la raíz se divide en dos, una justo debajo del Nebari, bien ramificada, y otra que parte hacia la izquierda y que no se divide hasta el borde de la maceta. En ese momento no fue recomendable cortarla, ya que con toda probabilidad el árbol hubiese muerto. Es un árbol muy viejo, y la edad hace que la salvia marque su camino de forma muy acusada con lo que compromete la parte aérea en el caso de cortar drásticamente la raíz.

Años más tarde, el árbol ya empieza a densificar, la estructura primaria ya está establecida, ahora solo necesita algunos años más para alcanzar la plenitud de este diseño.

En el año 2004, fue seleccionado en el “World Bonsai Contest”

En el año 2005, y con la intención de remodelarla, la dejé crecer a sus anchas durante toda la estación de crecimiento, que en Menorca significa de Abril a Noviembre.
En Otoño, y con el árbol muy vigoroso, empecé la remodelación.

La raíz que se dirige a la izquierda sigue siendo un problema a la hora de plantear el nuevo diseño, debido a  que comprometerá la futura posición de plantado.
Para solucionarlo, el año anterior estrangulé la raíz con un doble hilo de hierro (es importante que sea de hierro, ya que el aluminio no es lo suficientemente duro para apretarlo, y el cobre, en contacto con el suelo producirá óxido de cobre, tóxico para la mayoría de las plantas). Mi intención con la estrangulación de la raíz es que la planta redirija la salvia hacia el resto del sistema radicular a medida que se vayan cerrando las vías estranguladas. De este modo, en unos años, podremos cortar con toda seguridad la raíz sin riesgo de retirada de savia.

El Shari de la sabina está roto, debido probablemente a que crecía junto a una roca en un lugar en que fácilmente alguien pudo utilizarla de escalón.

La rotura no es muy evidente, pero hace que el tronco no sea rígido, ya que lo único sólido es la vena viva y una pequeña porción del Shari.
Hace unos años, intenté pegarlo, pero no es posible mantenerlo pegado estando expuesto a la intemperie y en tensión constante.
Al principio esto era un problema a la hora de manipular la planta, especialmente durante el alambrado, ya que toda la copa se movía. En la actualidad el problema ha desaparecido, ya que la vena viva se ha hecho más gruesa dando rigidez suficiente al tronco.

Segundo Modelado

Un punto a tener en cuenta es el giro de la vena viva en la parte más cercana a la copa. Si queda cubierta por alguna rama, la vena parecerá que se pierde detrás del Shari.

En el nuevo diseño lo inclinaremos un poco más hacia la izquierda.

Y un poco más hacia el frente.

Mediante la poda, dejaremos solo las ramas que nos interesen en el nuevo diseño, seleccionándolas por su posición y vigorosidad ( siempre es preferible una ramita subdesarrollada pero vigorosa, a una rama totalmente desarrollada pero sin vigor)

En la formación. Empiezo por la rama que se convertirá en colgante y que marcará el resto del diseño.

A partir de la primera rama, vamos formando el resto

Vamos formando las ramas, estratificando la copa

El resultado final de la remodelación-Otoño de 2005

La Maceta

La maceta  ha de ser capaz de encajar la raíz conflictiva y al mismo tiempo adecuarse al nuevo diseño. Para ello se encargó a uno de los mejores ceramistas de Japón,  Sadamitsu Kataoka (Koshosen),una maceta con un acabado “Mushikui” (comido por gusanos o carcomido) sobre un modelo del catálogo de la empresa “Yamaaki” de Tokoname

Firma de Sadamitsu Kataoka (Koshosen)

Una vez cocida y comprobado que las dimensiones eran las esperadas, transplantamos el árbol en febrero de 2006. En un principio, la maceta parecerá un poco grande, pero a medida que la copa adquiera su volumen definitivo se adecuará mejor.
En unos tres o cuatro años, cortaré la raíz estrangulada, entonces el árbol se volverá a plantar un poco más centrado.
En estas sabinas, se alcanza el mejor momento de equilibrio entre vigor y crecimiento a partir del cuarto año del transplante, por lo que evitaremos transplantar con demasiada frecuencia. En el caso de ejemplares más grandes, no es necesario transplantar mientras absorba bien el agua de riego y el drenaje sea eficiente.

Cultivo

Durante la primera fase del cultivo, siempre corto los nuevos brotes a tijera, esto estimula más el crecimiento de la planta que pinzándolo con los dedos desde el principio.

Durante la formación, para conseguir ramas densas en esta especie, es recomendable dejar crecer y cortar los brotes terminales, conservando íntegros los secundarios. Éstos volverán a crecer rápidamente y repetiremos el proceso.

La formación de ramas mediante este sistema es muy rápido, consiguiendo una estructura óptima y vigorosa en menor tiempo de lo habitual.

Una vez cortados los nuevos brotes, no debemos pinzar el resto de puntas, ya que ralentizamos en exceso el crecimiento. Debemos esperar a que se desarrollen.
Esta poda de brotes se ha de realizar en todo el árbol a la vez, para evitar que el crecimiento se redirija hacia zonas no podadas.
Para mantener el crecimiento bajo control, hemos de asegurarnos que la alimentación sea correcta en función de lo planificado.

Abonado

Para conseguir una densidad similar al Juniperus chinensis, es necesario aportar el alimento preciso en cada momento. Si usamos solamente abono orgánico sólido es muy difícil alcanzar densidades de follaje adecuadas, y conservarlas se torna en una tarea imposible.
En especies de crecimiento vigoroso, se tiende a restringir el abonado para controlar su vigor, pero esto es un error, ya que con conocimientos básicos sobre alimentación vegetal obtendremos resultados espectaculares.

Productos recomendados en el abonado de las sabinas

   A continuación describo los productos que utilizo para la nutrición de las sabinas y su función. Hay que tener en cuenta que están destinados a unas plantas con unas determinadas características de crecimiento y confinadas en un clima concreto como es el de la isla de Menorca.
A diferencia de lo que se recomienda de forma general, yo abono los árboles que continúan creciendo en verano, como las sabinas y los ullastres. Tan solo reduzco la frecuencia entre julio y agosto en las primeras fases de cultivo.
Quiero destacar que en los abonos base lo importante no es la concentración del producto sino el equilibrio entre los tres macroelementos. El abono que defino como “nitrogenado”, tiene un porcentaje de nitrógeno menor que el “abono base”, pero lo que determina sus efectos es la  relación entre los tres elementos y la dosis, y en este caso la proporción de nitrógeno en relación a los otros dos elementos, es menor.
Estos abonos han sido seleccionados para su uso en árboles plantados en Akadama o Lutita y las mezclas con estos productos, ya que contienen menos potasio del necesario para el correcto crecimiento del bonsái. El potasio que falta es liberado lentamente por suelos de origen arcilloso como son la Akadama y la Lutita, esta liberación de elementos se acelera gracias al uso de ácidos húmicos y al extracto de algas.
Abono Nitrogenado Nitrógeno: 10%
Anhídrido Fosfórico: 6%
Óxido de Potasio: 6%
Aminoácidos: 12%
Utilizo este abono como arranque en primavera ya que su equilibrio es el óptimo para comenzar la nueva brotación debido a la excelente combinación de Nitrógeno y aminoácidos.
Abono Base Nitrógeno:7%
Anhídrido Fosfórico:15%
Óxido de Potasio: 7%
Este es el abono base que utilizo en coníferas plantadas en suelos con Akadama. Al igual que el anterior es un producto formulado para su uso como abono foliar, y aunque esto encarece un poco el precio, garantiza la total ausencia de residuos en el suelo después de su aplicación a través del riego.
Fosfito Potásico Anhídrido Fosfórico: 30%
Óxido de Potasio: 20%
La acción del fósforo en forma de ión fosfito combinado con potasio estimula el crecimiento y actúa sobre el sistema hormonal activando la producción de fitoalexinas, estimulando los mecanismos de autodefensa de las plantas y produciendo un fortalecimiento de los tejidos fundamentalmente en el tronco, Nebari y raíz.
Como fungicida previene las enfermedades fúngicas del suelo (Phytophthora ) y vasculares .
El fosfito no actúa como inhibidor o destructor del patógeno, sino como un estimulante en la producción de defensas naturales contra el ataque, provocando el retardo en el desarrollo del patógeno, quedando éste reducido a formas no dañinas (estos hongos están siempre presentes en el suelo).
Puede aplicarse en pulverización foliar o mediante el riego ya que el fosfito es un elemento muy móvil tanto en sentido ascendente (desde la raíz) o descendente (desde las hojas) alcanzando todas las partes del árbol en poco tiempo.
Se puede consultar más información sobre este producto en:
Fosfito Potásico
Complejo microelementos Aminoácidos libres: 15%
Nitrógeno (N)total: 6.2%
Materia orgánica total: 24%
Boro (B): 0.42%
Cobre(Cu): 0.42%
Hierro (Fe): 2%
Manganeso (Mn): 1.25%
Molibdeno (Mo): 0.02%
Zinc (Zn): 1.25%
Para garantizar el suministro de los microelementos necesarios y evitar carencias utilizo una solución de oligoelementos complejados con aminoácidos, de este modo garantizo su total biodisponibilidad por la planta. Una vez aplicado, este complejo de aminoácidos-microelementos se moviliza rápidamente a los sitios específicos de acción,  manteniendo en un nivel adecuado la proporción de microelementos y previniendo de esta manera carencias que afectarían negativamente tanto el aspecto del árbol como su crecimiento. Aparte de prevenir carencias, su uso aumenta la intensidad del color de las hojas.
Dependiendo del momento, su aplicación puede ser realizada a través del agua del riego o en pulverización foliar, siendo esta última mi preferida para este producto.
Ácidos Húmicos Ácidos húmicos: 7.5%
Ácidos fúlvicos: 7.5%
Este producto es un bionutriente procedente de la leonardita.
Los ácidos fúlvicos y húmicos producen una mejora en la estructura y en la oxigenación del suelo, provocando el desbloqueo de nutrientes, mejorando su capacidad de intercambio catiónico y estimulando la vida de los microorganismos. En los bonsái produce un mayor poder de absorción de las raíces, estimula el desarrollo de los meristemos de crecimiento, potencia la respiración celular y da mayor resistencia a la planta en períodos críticos.
Su uso aporta la parte orgánica necesaria para un buen equilibrio en el suelo, del mismo modo que lo hacen los abonos orgánicos.

Se puede ver una información más completa en el artïculo:

Ácidos Húmicos y Ácidos Fúlvicos

Extracto de Algas Extracto de algas marinas: 40% Bionutriente obtenido a partir de bacterias, algas marinas y otros vegetales, conteniendo proteínas, fitohormonas, polisacáridos y elementos minerales menores, durante el proceso de fabricación las proteínas son separadas del conjunto e hidrolizadas, lo que permite dejar en libertad los aminoácidos que la componen, actuando como nutriente y activador.
Su uso permite superar periodos críticos como el transplante, cicatrización de heridas, daños por viento, lesiones en la corteza o contrarrestar efectos fitotóxicos producidos por plaguicidas.
Emite un olor marino típico.
Todo el calendario de abonado está basado en los abonos para bonsái NUTRITECH

Refinado

Si este árbol es especial en algo, es en su madera seca. Al ser natural, cuando menos intervengamos mejor, por lo que nos limitaremos a limpiarla y a darle, muy de vez en cuando, sulfuro cálcico.
Estos árboles poseen una madera seca extraordinariamente dura y compacta, debido a su crecimiento lento y a su hábitat salobre cercano al mar.
Para limpiar utilizo el chorro de arena, tanto para la madera, como para la corteza. Y como abrasivo, polvo de óxido de aluminio.

Esto nos deja todos los poros de la madera limpios sin dañar en absoluto la superficie de la misma. La corteza, siempre que no sea excesivamente gruesa, queda en su color rojizo natural, si es muy gruesa, lo mejor es exfoliarla arrancando pequeñas tiras mediante una cuchilla afilada.
La aplicación de aceites y similares en las exposiciones para aumentar el contraste, no es recomendable ya que tapamos los poros de la corteza viva. De todos modos, en Japón tampoco se usa ya que se considera antinatural.

Una vez aplicado el sulfuro cálcico, pondremos el árbol a la sombra con el fin de que seque lentamente, aún así, quedan muchos poros de la madera cubiertos por el depósito blanco, para que sea totalmente natural hemos de dejar que la acción del sol cumpla su función unos meses.

Para preparar la vena viva del bonsái para su exposición, lo mejor es cepillar con un cepillo de plástico la corteza, mojándolo en agua constantemente, de este modo lavamos la superficie y resaltamos el color de una forma natural.

El árbol al final de la primera fase. Durante este tiempo ha tenido una alimentación y un cultivo destinado especialmente a aumentar el volumen de una forma ordenada y controlada

La última fase de cultivo se basará en el pinzado con los dedos y adaptaremos la alimentación para evitar excesivo crecimiento, pero manteniendo el vigor.

Ejemplo de pinzado con los dedos en una rama vista desde el frente. Aquí sí que pinzamos todos los brotes, cortos y largos.

El uso de la tijera en esta fase, se restringirá a la eliminación de las ramas colgantes o las que crezcan de forma incorrecta.
Eliminando el crecimiento inferior, mantendremos la copa estratificada, dejando que el aire circule entre rama y rama.

Cuando pincemos, lo haremos en todo el árbol a la vez, ya que si dejamos alguna zona absorberá toda la energía en detrimento de las demás ramas. Esto significa que en la época activa, aproximadamente cada dos semanas deberemos pinzar.

Si queremos evitar que las puntas pinzadas se ennegrezcan o se sequen, es recomendable dar una ducha después de cada poda de brotes o pinzado.
Las sabinas agradecen que se les riegue la copa en verano, ya que por su naturaleza marítima, están más capacitadas  que otras para absorber agua y humedad a través de sus escamas.

Fase 1 1er año Esta fase corresponde al primer año después de la primera formación o el año después de un transplante con recorte de raíces.
Durante la estación de crecimiento abonaremos fuerte con el fin de que la sabina produzca numerosos brotes interiores para poder trabajar densificando las ramas.
En este año, dejaremos que el árbol se establezca y recupere vigor, y la poda se restringirá a los brotes más vigorosos.
Fase 2 2º y 3er año La segunda fase es solo para continuar los árboles en formación. En caso de que se trate de un árbol  maduro transplantado el año anterior, eliminaremos esta segunda fase y pasaremos directamente a la tercera.
En esta fase lo más significativo es el  pinzado, que en vez de hacerse con los dedos se realiza a tijera, cortando los brotes. De este modo estimulamos el crecimiento posterior, que unido a la alimentación nos proporcionará una densidad considerable.
También iremos eliminando todo el crecimiento que se dirija hacia abajo.
Fase 3 4º , 5º año
y posteriores
Esta es la fase de refinamiento, tanto si es un árbol transplantado el año anterior, como uno procedente de la segunda fase. Aquí lo importante es el pinzado, siempre con los dedos y no dejando que el brote se desarrolle más de 1cm. Para tener éxito y lograr una compactación similar al J. chinensis, es necesario que cuando se pince, se haga en todo el árbol a la vez, independientemente del tamaño de los brotes.
Esta especie no es susceptible de padecer plagas de importancia, a excepción de los hongos del suelo, esto queda cubierto con la aplicación del fosfito. Para prevenir otras infecciones de hongos aplicamos dos tratamientos a base de cobre al año, uno en otoño, y otro a finales de invierno.

Juniperus phoenicea subsp. turbinata  47cm
Primavera 2007