La corteza del Ullastre en bonsái
La corteza del Ullastre

La corteza del «Ullastre» es uno de los principales motivos de porqué se ha hecho tan popular como bonsái.
Algunos ejemplares poseen una corteza solo comparable al alcornoque, o a algunos robles. Pero esto no es una característica típica los olivos.
La corteza del olivo es muy variable dependiendo del microclima donde crezca el árbol y de la variedad a la que pertenezca.
Los “ullastres” (Olea europea var. sylvestris) o acebuches, son tan variables genéticamente como sus hermanos cultivados
Diferentes cortezas de acebuches creciendo libres en el campo
Lo que nosotros vulgarmente llamamos corteza o peridermis está formada por la capa exterior de la felodermis, donde el árbol va acumulando células muertas a modo de barrera contra el exterior. Esta tenue capa en crecimiento se llama suber. En esta capa, las células mueren a causa de la acumulación en sus paredes de Suberina, un polímero generado por las plantas y cuya función está relacionada con la autodefensa y que es impermeable. La función biológica de esta capa, es la de reemplazar las células muertas que se desprenden del exterior, por otras nuevas. Estas células suberizadas, acumuladas, y que no se llegan a desprenderse, son las que formaran la corteza exterior o corcho o Ritidoma.
La producción de suberina se ve estimulada en la planta al entrar en situación de estrés. Y se mantiene en esta alta fase de producción mientras la agresión o las condiciones adversas continúan. En nuestro caso, quien produce estas “agresiones” son principalmente la humedad y, de forma secundaria, el frío.
Pero, si a pesar de estar el tronco en contacto con altas humedades, o del frío, la planta crece de forma vigorosa, el mismo engrosamiento progresivo del tronco hace que estas células suberizadas se repartan de forma homogénea. Creando las habituales cortezas más o menos rugosas del olivo.
Pero cuando coinciden humedad + crecimiento lento, entonces empieza a formarse la que denominamos corteza de “botón”.

Estas condiciones de crecimiento se dan sobre todo en zonas de media altitud situadas en la cuenca mediterránea. Como ejemplo conocido por todos está la “Serra de Tramuntana” de Mallorca, pero también zonas del norte de Marruecos, Cerdeña, etc. O en zonas bajas creciendo en grietas o expuestas a gran humedad (troncos cubiertos de musgo).
Vemos pues, que el crecimiento lento es indispensable para generar una corteza de botón. Del mismo modo que lo es la exposición a la humedad.
Se estima que un ullastre necesitará al menos 100 años, en condiciones favorables, para generar corteza de botón.
El problema del desprendimiento de la corteza del Ullastre
Los ullastres con corteza y madera seca tan atractivos que solemos ver habitualmente en centros de bonsái, mercadillos, o Internet, una vez perfectamente arraigados, comienzan a definir el nuevo sistema vascular (venas)dependiendo de las ramas que hayan aparecido alrededor del tronco. Y suele ser muy habitual, que esta definición acabe con la retirada de sabia de zonas limítrofes de la corteza con la madera muerta. Este es un problema muy común en el ullastre.
En esto hay que ser coherentes. No puede haber corteza encima de madera muerta ya que en la naturaleza tampoco la habría.
Aunque esto signifique que medio árbol se quedará sin corteza.


Es más, si no actuamos pronto, las zonas limítrofes de la corteza seguirán avanzando hacia el interior del árbol, ampliando la zona muerta cada vez más.

Para parar este proceso, debemos eliminar toda la corteza presente encima de madera muerta, y si no existe un callo bien definido, debemos crear una herida longitudinal a lo largo del tronco bien limpia y sellarla con algún producto protector con el fin de crear un nuevo callo.



Esto lo hemos de hacer cuanto antes.
Aunque en un principio el callo formado desentonará en árboles muy viejos, al cabo de un tiempo queda totalmente integrado


El problema del engrosamiento de Ullastres con corteza
Realmente, es un problema que no existe. Simplemente durante años se ha planteado a modo de hipótesis por muchos aficionados y profesionales del bonsái.
Los troncos engordan cuando el árbol crece. Por tanto cuando un árbol engorda y su “piel” exterior no es flexible, ésta acaba rompiéndose.

Esto es lo que pasa con el ritidoma o exterior de la corteza, que al no ser flexible se agrieta mostrándonos los nuevos tejidos de la felodermis.

La discusión era si este crecimiento acabaría por desprender los “botones” o no. Los muchos años de cultivo que llevamos con el ullastre como bonsai en España, nos permite asegurar que no.


Es más, los nuevos tejidos dan al árbol un aspecto más atractivo, si cabe, que la simple corteza de botón, ya que añaden relieve a la superficie.

Esto ocurre en todo tipo de cortezas, ya sean de botón o simplemente escamosas.

Si el árbol tiene una buena tasa de crecimiento y de generación celular, a lo largo del tronco, coincidiendo con las grietas en la vieja corteza, aparecerán las lenticelas. Las lenticelas son estructuras especializadas que cumplen funciones parecidas a las de los estomas de las hojas, permitiendo el intercambio gaseoso desde el interior de la corteza.

Estas lenticelas poseen numerosas células sueltas. Generalmente estas células están cubiertas por suberina. Este es el primer paso de la formación de nueva corteza suberosa en los nuevos espacios producidos por las grietas de crecimiento.

El problema del contraste
Muchas veces, cuando un ullastre con corteza suberosa es recuperado, tiene un color oscuro. Producido por la acción de las bacterias, hongos y líquenes favorecidos por la humedad y el poco movimiento expansivo del tronco.
Este color oscuro no existe en olivos y ullastres creciendo libremente en el campo. Su corteza es gris, y a veces, en zonas muy calcáreas, casi blanca.

Esto dificulta el contraste entre las maderas muertas del tronco, ya sean Shari o Sabamiki con el tronco. Llegando, a veces, a no distinguirse claramente ambas zonas.


Para mitigarlo podemos utilizar un procedimiento muy parecido al de la aplicación de sulfuro cálcico para la madera. Se trata de utilizar los ácidos húmicos. Estos productos reaccionan con los carbonatos blanquecinos acumulados en la corteza haciendo que se desprendan, y al mismo tiempo oscurecen la corteza.

Para su aplicación pintaremos la corteza con ácidos húmicos diluidos al 50%. No es necesario proteger el suelo, ya que si cae no dañará las raíces, sino que al ser un potenciador del crecimiento radicular nos beneficiará.

Una vez pintada la corteza, dejamos que actúe uno o dos días y después lo rociamos con abundante agua con el fin de limpiar el exceso de producto y arrastrar toda la suciedad adherida a él.

A partir de ahora, los ácidos húmicos habrán hecho su trabajo que se verá mejorado con el tiempo.



En zonas mediterráneas, con árboles expuestos todo el día al sol, este proceso puede repetirse cada dos años.
Otra solución al problema del contraste es la limpieza de la corteza mediante aparatos de chorro de arena capaces de limpiar hasta en las profundidades de las grietas y que al mismo tiempo no arranquen ni una sola partícula de corteza.


Normalmente se usa polvo de óxido de aluminio como abrasivo. Aún así, yo suelo realizar una aplicación de ácidos húmicos una vez acabada la limpieza.
Generar corteza en árboles jóvenes
Si no tenemos árboles centenarios con corteza suberosa, pero aún así queremos tenerla, podemos aplicar la siguiente técnica.

Rascamos con una cuchilla, o con un papel de lija grueso, la superficie de la corteza hasta que aparezca el color verde.

Esto nos indicará que hemos llegado al felógeno, o cambium de la corteza. No debemos rebasarlo, ya que es éste el que ha de generar nuevas células hacia el exterior. Y al exponer esta zona a estrés, el felógeno producirá mucha más suberina que antes. Como resultado, obtendremos un tronco más envejecido.

Si después del rascado exponemos el troco a la humedad, puede ser mediante un vendaje como hacen en Japón, o envolviéndolo con una pequeña capa de musgo esfagno y una gasa, haremos que el felógeno produzca un mayor número de células hacia el exterior.
Si hacemos esto, no nos olvidaremos de mojar el tronco cuando reguemos, y si utilizamos musgo, debemos evitar que sea muy grueso ya que podría llegar a emitir raíces.
Autor: Antoni Payeras, publicado en la revista Bonsái Actual nº144
Es un gran artículo, pero yo tengo una pregunta..como sabré por donde van las venas de las ramas para no dañarlas y así no matar el ullastre? espero una respuesta si no es mucho pedir….gracias!!!;))
Gracias
Juan
En nuestros artículos se muestra el cómo de muchas técnicas en bonsái. Pero esto sigue siendo una escuela, ya que creemos que el mejor modo de aprender es en formación continua entre alumno y profesor. Para lo que tú pides, deberías poder ponerlo en práctica bajo la supervisión del profesor, y esto no puede explicarse con un simple artículo.
Te recomendaría que hicieras algún taller con algún profesional competente, es la forma más rápida y segura de aprender técnicas como la descrita aquí.
buenas tardes toni,la pregunta que tengo yo es, cual es la mejor epoca del año para aplicar esta tecnica?
gracies toni.
Hola Aitor, lo puedes hacer en cualquier momento el la época de crecimiento.
Saludos
moltes gracies.