Se acabaran las importaciones de Bonsáis asiáticos?
Desde hace aproximadamente 20 años, los importadores de bonsái europeos, principalmente holandeses, comenzaron a introducir bonsái producido en masa del sudeste asiático. Europa ha centralizado desde entonces sus normativas acerca de las medidas fitosanitarias que debían cumplir las plantas importadas. A diferencia de Estados Unidos, aquí la legislación ha sido muy laxa y ha partido de la premisa de no prohibir la entrada de ningún material vegetal, a no ser que sea susceptible de ser portador o huésped de alguna plaga. En Estados Unidos es al revés, es decir se prohíbe toda importación a no ser que se demuestre que es inocua.
El resultado de estas diferencias de actuación, ha recluido a EEUU al ostracismo en bonsái, ya que las únicas referencias que han tenido han sido las producidas en su país. En cambio en Europa, gracias a las importaciones tanto de material de baja calidad de China, como de árboles formados o semiformados de Japón, los bonsái que se han ido creando han sido cada vez de mayor calidad. Esto ha sido debido a la facilidad de conseguir material formado o a medio formar de gran calidad procedente de las importaciones.
Europa, en estos momentos, tiende a tornarse más como EEUU en lo que se refiere a las limitaciones al transporte de material vivo. De hecho, en estos momentos hay varias plagas asiáticas que suponen un grave peligro para ciertas especies europeas, y que últimamente han sido detectadas en importaciones realizadas por empresas holandesas.
Un ejemplo de este peligro, es el cerambícido asiático (Anoplophora chinensis y Anoplophora glabripennis), un escarabajo cuyas larvas causan muchos daños en los árboles de hoja caduca. Su presencia en Europa se debe al incremento del comercio internacional tanto de bonsái como a través de la madera de los embalajes procedentes de estos países.
Adulto de Anoplophora chinensis
Teniendo en cuenta la peligrosidad de los cerambícidos asiáticos para los bosques naturales, parques, jardines, y arboricultura en general, la Unión Europea ha dado el «status de cuarentena» a esta plaga. Desde hace años estos escarabajos han sido encontrados también en Austria, Alemania, Francia e Italia. En los Estados Unidos se gastaron en el período de 1997-2006 casi 250 millones de dólares para combatir la Anoplophora glabripennis, mientras que la posibilidad de erradicarlo totalmente es dudosa. Las larvas perforan galerías dentro del árbol y difícilmente los enemigos naturales o productos fitosanitarios los alcanzan. En un caso concreto de un Acer se han tomado las siguientes medidas en Holanda para parar la proliferación: Los árboles afectados han sido eliminados, y también los otros Acer encontrados en un radio de 200 hasta 300 metros. Además los árboles conocidos como huéspedes en un radio de 100 metros han tenido el mismo destino, tratándose de Carpinus, Betula, Fagus, Populus, Salix, Corylus y Platanus. Actualmente el servicio nacional de fitopatología ha puesto en marcha una campaña de divulgación para alertar a todos los implicados que estén alerta a la presencia de estos insectos e informen inmediatamente a las autoridades competentes en el caso de que sean encontrados ejemplares de huevos, larvas, pupas y adultos de dichos invasores. El insecto adulto mide unos 2,5cm y tiene antenas de la misma longitud o algo más que su cuerpo. Su presencia se puede detectar por los agujeros en el tronco o ramas laterales o por el serrín al pié del árbol o sobre las ramas.
Larva de Anoplophora chinensis
Anoplophora chinensis en bonsai de manzano
La difusión de la alerta a la que me uno, pone de manifiesto la caducidad de las normativas tan permisivas que han tenido tanto los países de la Unión Europea como ella misma como último responsable.
Seguramente en el futuro próximo esto limitará el tráfico de árboles tanto de Japón como del resto del sudeste asiático, lo que obligará tanto a las empresas europeas comercializadoras de bonsai doméstico (mallsai), como a los profesionales que producen árboles en el suelos, a incrementar sus producciones propias para adecuarlas a la demanda actual, ya que ésta no podrá ser satisfecha por las importaciones.
Cabe también que en poco tiempo se adopten medidas proteccionistas referentes al suelo, de igual modo que lo hace Japón y en ciertas especies y procedencias Estados Unidos. Esto es debido a la penetración en Europa de ciertas plagas muy virulentas cuyo medio es el suelo de cultivo, entre ellas destaca un nematodo procedente de China y de América que ha sido detectado recientemente en una partida de material vegetal de rosas procedentes de la importación. El servicio de fitopatología holandés ha encontrado ejemplares de este nematodo, Meloidogyne enterolobii, muy agresivo y que representa un grave peligro para los cultivo en invernadero.
Creo que debemos reconocer nuestra parte de culpa en este descontrol, ya que nosotros provocamos la demanda que moviliza a todos estos países a producir y exportar, sin tener en cuenta el daño ecológico que puede representar la introducción de especies foráneas, tanto vegetales como parásitas, que a la larga pueden crear un desastre ecológico.
Como ejemplo tristemente conocido en España tenemos al picudo rojo o curculiónido ferruginoso (Rhynchophorus ferrugineus ). Un insecto originario de las regiones tropicales de Asia y Polinesia que se ha ido extendiendo de forma continuada por otras zonas subtropicales y templadas del planeta, colonizando distintas especies de palmeras y que nos ha llegado desde el norte de áfrica a través de la importación de palmeras para nuestros jardines. Esta plaga, de momento no tiene solución viable y causa la muerte de todas las palmeras afectadas.
Resumiendo; el futuro parece un poco más negro referente a la importación de árboles, pero este cambio nos coge con más de 20 años de experiencia entre los viveros y profesionales, por lo que más que una dificultad, creo que será un acicate a la hora de formar material de calidad equiparable a la de Japón.
Antoni Payeras