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Tag : Carlos Ruiz Zafón (2)

El perejil

Categories: Blog Bonsai Menorca
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Published on: 22/12/2010

El perejil

Hace más o menos un año, recibí un mensaje de un buen amigo malagueño, advirtiéndome de un escrito que me ponía a caldo a mí y a otros dos profesionales, uno español y el otro italiano.

Supongo que el autor lo debió retirar ya que no hubo manera de verlo. De todos modos no hay que darle la importancia que él le dio a este tipo de cosas. Es lo que tiene Internet, paraíso de cobardes donde se puede lanzar la piedra y esconder la mano. De hecho, últimamente parece ser un deporte nacional.

Ya tomé prestada una cita de Carlos Ruiz Zafón en uno de mis escritos, pero la vuelvo a utilizar al revelarse lo acertado que estaba el autor de «La Sombra del Viento»:

«La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, responde a las inquietudes que los rodean por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños. Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá.» (Carlos Ruiz Zafón).

La ventaja de ir cumpliendo años, es que lo ves todo con otra perspectiva. Ya no hay prisa. Puedo podar todas las ramas de un ullastre con 15años de cultivo para rediseñarlo de nuevo, sin que esto sea un drama. Lo importante ya no es lo que espero yo de los árboles, sino que sea capaz de sacar el máximo potencial de cada uno de ellos, es decir, qué esperan ellos de mí. No importa el tiempo.

La prisa siempre ha sido el enemigo del bonsái. Prisa por aprender. Prisa por exponer. Prisa por concursar………Prisa por poseer……

La perspectiva de la edad y los años en bonsái puede hacerte ver ciertos trastornos de percepción que muchos amantes del bonsái padecen. Esto me lo recordaba mi buen amigo malagueño. Para algunos su árbol es el mejor del mundo. Influenciados por foros autocomplacientes donde se alaba hasta al más insignificante perejil. O por maestros sin escrúpulos que con tal de vender sus servicios, árboles, o lo que sea menester, engañan a sus alumnos animándoles a seguir en esa línea, a sabiendas de su mediocridad.

Esto suele crear una imagen distorsionada del bonsái, tanto de los propios como ajenos.

Es habitual disponer de carísimos juegos de herramientas Masakuni, Makita, Dremel, etc, sin tener siquiera un solo bonsái. Del mismo modo que en este tipo de personas existe la creencia de que el uso de los mismos productos (macetas, abonos, tierras, etc.) que los árboles galardonados, harán de los suyos obras maestras.

Esto es otra cosa, la de empezar la casa por el tejado. La de los que se marcan como objetivo llegar a ser maestros desde el principio, antes de saber siquiera lo que implica el bonsái.

Por tanto perejiles hay de dos clases; El primero, el que compra en un centro comercial un Mallsai creyendo que lo que ha comprado es lo más bonito del mundo y que con pocos retoques y la ayuda de Internet, llegará a rivalizar con árboles japoneses.

El segundo, el que ya se cree dios y considera que sus trabajos han de sentar cátedra sin ser consciente de su mediocridad.

Perejil

Hay una anécdota de unos amigos mallorquines y un maestro italiano en una entrega de premios de Mistral que viene como anillo al dedo, pero que ya contaré en otra ocasión.

¿Cuál es el remedio ante estas alteraciones de la percepción? Simplemente, ver árboles realmente buenos (Kokufu, Sakufu, Ginkgo, Alcobendas…..). Analizarlos. Después analizar los nuestros. Nunca de un modo subjetivo, sino elemento a elemento. Hasta que lleguemos a ser conscientes de la realidad.

Nada es más cruel que una fotografía. Fotografiemos nuestros árboles y busquemos sus puntos débiles. Seamos conscientes de ellos para lograr superarlos. Solo esta percepción de la realidad nos hará mejorar día a día.

Perejiles siempre ha habido. Y siempre habrá. Nunca serán perjudiciales para quien los tenga, ya llegará el momento evolutivo en la forma de ver el bonsái en que quedaran atrás, muchas veces sin que su cultivador se de cuenta. Todos hemos tenido. Pero cuanto más rápido nos demos cuenta de qué es un perejil, más pronto pasaremos a la siguiente etapa evolutiva. De este modo evitaremos el derroche y el ridículo de plantarlo en una carísima Kurama de Carles Vives y llevarlo a una exposición.

 

Antoni Payeras

 

El Lado oscuro del Bonsai

Categories: Blog Bonsai Menorca
Comments: 3 Comments
Published on: 07/12/2010

El Lado oscuro del Bonsai

Hace unos años, bromeando con Kevin Willson, discutíamos sobre la capacidad que tiene el Bonsái para atraer a todo tipo de personajes ávidos de gloria y que utilizan el Bonsái para intentar superar sus mezquindades. En esa discusión quedaba en evidencia, si repasábamos nombres de artistas del Bonsái, que había dos grandes grupos. El primero, y el más numeroso, era en el que predominaba la amistad entre ellos, gente preocupada por el desarrollo del Bonsái y responsables habituales de acciones de proselitismo destinado a la difusión del Bonsái y no a su autopromoción. Gente que habla sobre árboles y no sobre personas, y para los cuales lo más importante es la superación de si mismos, siendo siempre conscientes de que cuanto más avanzan en el camino del conocimiento, más lejos se ve el final. El otro grupo es fácil de describir, gente que se preocupa más de si mismos y de lo que hacen los demás que de sus propios árboles, y para quien el Bonsái no es más que un medio para alcanzar gloria y así satisfacer su ego.

Estando de acuerdo los dos con esta idea, a Kevin se le ocurrió una comparación perfecta: el Bonsái era como «La Fuerza» en la «Guerra de las Galaxias«. En esta ficción nos encontramos con dos lados de la fuerza, el lado luminoso y el oscuro, idea parecida a la división entre el bien y el mal, el yin y el yang, y otras muchas analogías que nos encontramos en varias religiones.

Entonces, ¿tiene el Bonsái un lado luminoso y otro oscuro? Creo que si cualquiera de nosotros, con suficientes años en este mundo, piensa en ello, acabará por afirmarlo.

Para mí, puedo ver a Yoda en mi maestro, John Naka. Entonces el lado luminoso de la fuerza es lo que él nos enseñaba; Aprender de la naturaleza, respetar al árbol como un ser vivo, mientras intentamos obtener de él su máxima belleza. Éste es en definitiva lo que los japoneses llaman «El Camino«, donde el Bonsái no es más que un medio para el desarrollo personal.

Entonces el lado oscuro es evidente; La búsqueda rápida de reconocimiento, gloria y riquezas, utilizar el Bonsái como objeto que nos proporcionará estatus. Al igual que en la película, el lado oscuro es atractivo y existe una fuerte tentación a caer en él, ya que se basa en explotar las más bajas debilidades humanas: la envidia, la codicia, la prepotencia…Y al ser capaz de proporcionarnos satisfacción inmediata, es muy fácil verse seducida por ella. ¿Para qué debo formar un Bonsái durante 20 años, si puedo comprarlo?

Si analizamos entre los artistas españoles, nos será fácil reconocer a muchos personajes de la obra, el viejo Obi-Wan Kenobi, el joven Luke Skywalker, y muchos otros Jedi. Pero también encontraremos a los personajes del lado oscuro; Darth Vader, Palpatine, señor oscuro de los Sith, etc. Y entre ellos, algunos que se creen Sith y no son más que simples sirvientes. El lado oscuro permite llegar a «Maestro» sin saber siquiera alambrar, ni tener los conocimientos más básicos.

Decía un buen amigo, que no es cierto que en España haya tantas diferencias entre regiones y nacionalidades, y hay algo que nos une más que la bandera…….la envidia.

«La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, responde a las inquietudes que los rodean por dentro y, en último término, les pudre el alma y les permite justificar su mezquindad y su codicia hasta creer que son virtudes y que las puertas del cielo sólo se abrirán para los infelices como ellos, que pasan la vida sin dejar más huella que sus traperos intentos de hacer de menos a los demás y de excluir, y a ser posible destruir, a quienes, por el mero hecho de existir y de ser quienes son, ponen en evidencia su pobreza de espíritu, mente y redaños. Bienaventurado aquel al que ladran los cretinos, porque su alma nunca les pertenecerá.» (Carlos Ruiz Zafón)

Que la Fuerza os acompañe.

Antoni Payeras

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